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Como
siempre
los
ha
habido
en
La
Nava.
Para
lo
bueno
y
para
lo
malo,
todo
hay
que
decirlo.
Pero
más
para
lo
bueno,
queridas
Reinas
de
las
Fiestas
de
Los
Novillos.
Porque
este
pueblo
tiene raíces y
somos
miles
los
navarreses
que
aunque
no
estemos
continuamente
aquí
llevamos
a
la
Nava
dentro
del
alma.
Y
sentimos
la
misma
melancolía
que
los
demás
paisanos
de
la
diáspora,
cuando
nos
encontramos
y
preguntamos:
¿Vas
este
año
a
Los
Novillos?
Esa
pregunta
la
han
hecho
siempre
los
navarreses
que
por
desgracia
vivimos
fuera
de
estas
tierras.
La
hacia
Luis
Salvador
Carmona,
cuando
salió
del
pueblo
cada
vez
que
encontraba
a
un
navarrés.
La
hacia
el
poeta
Juan
de
La
Rosa
González
cuando
salió
de
su
pueblo
a
Madrid
y
cuya
melancolía
llenó
su
alma
hasta
que
regresó
a
La
Nava,
en
1875,
donde
murió."
"De
toda
ambición
ajeno,
sin
pensar
en
lo
que
fui,
vengo
a
morir
en
tu
seno,
pues
de
tu
seno
nací;
decía
el
poeta
navarrés
en
su
"Vuelta
a
mi
pueblo".
La
misma
pregunta
"/,Te
veré
en
La
Nava
en
las
fiestas?,
se
la
harían
también
los
cuatro
obispos
que
nacieron
aquí:
Francisco
Clemente
Fernández
López,
Obispo
de
Guadix;
Diego
Nieto
Hernández,
Obispo
de
Zarnora;
Francisco
Rodriguez
Chico,
Obispo
de
Oviedo;
y
Agustin
González
Pisador,
Conde
de
Noreña,
Obispo
auxiliar
de
Toledo
y
también
Obispo
de
Oviedo.
/.,Estarás
en
la
Nava
por
Los
Novillos?
Esta
pregunta
se
la formularían
igualmente
al
afamado
grabador
navarrés
Manuel
Salvador
Carmona,
una
eminencia,
y
a
sus
tíos
Los
Carmonas,
que
vivian
en
Madrid,
y
a
los
escultores
Juan
Antonio
y
Luis
Salvador
Carmona.
Y
a
San
Mateo
Alonso
de
Leciniana,
que
nació
el
27
de
noviembre
en
la
casa
número
9
de
la
calle
Majada,
el
único
santo
de
La
Nava,
el
misionero
dominico
que
fue
enviado
a
Filipinas
y
a
Vietnam,
y
a
quien
degollaron
por
no
abjurar
de
su
fe.
Hoy,
este
santo
navarrés
y
el
beato
hermano
Alonso
Bermejo,
velan
también
por
La
Nava
y
esperan
que
en
estas
fiestas
no
se
produzcan
otra
cosa
que
alegrías.
¡Y
esperan
que
los
navarreses
y
los
forasteros
se
unan
en
distendido
jolgorio
y
diversión!
¡Que
corra
la
limonada
o
el
calimocho
en
las
peñas!,
¡Que
sean
pródigas
en
alimentos
y
bebidas!
¡Que
bailemos
y
gocemos
como
lo
hicieron
nuestros
antepasados
y
quienes
han
venido
con
nueva
savia
a
este
pueblo,
un
pueblo
que
siempre
se
mantendrá
con
fuerza
por
encima
de
las
vicisitudes!
De
aquí
han
salido
eminentes
navarreses
que
vuelven
cada
vez
que
pueden,
porque
tienen
raices,
como
Kunta
Kinte,
y
nadie
se
las
arrebatará.
De
La
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