Y pasaban una y otra vez por debajo de los arcos triunfales que se habían
levantado en la plaza y en las calles. Y ese día habría fiestas de toros, como
estas de Los Novillos. ¡Claro que si!.
Siempre ha habido toros en este pueblo. La villa de Cuéllar, en Segovia,
presume de celebrar los encierros más antiguos de España, ya que datan de
1499, según sus archivos municipales. Pero la ciudad de Nava del Rey no se
queda atrás. Ya se corrían toros desde que se fundó la ciudad, por esos años.
Y existen documentos escritos del siglo XVI, pruebas documentales que
relatan transacciones comerciales para adquirir garrochas y toros y vacas para
este pueblo, "para correr e matar".
Un valioso documento fechado en 1608 del Archivo Histórico Provincial de
Valladolid, catalogado con el número 13.371, relata así la compra de las reses
para su lidia en Nava del Rey.
"En la villa de Nava del Rey, a catorce días del mes de julio de mil
seiscientos ocho años.., parescieron presentes Bartolome Pérez, regidor de la
villa, y Alonso Hernández, vecino de la villa del Cubo, de la otra, e dixeron
que estaban convenidos e concertados en esta manera:
-Que para el día e quando el dicho Bartolomé Pérez e por orden de esta
villa, en la parte que se le señalare, apartare seis toros de cinco años para
correr e matar en esta villa en las fiestas que hace por el día de Nuestra
Señora de Agosto de mil e seiscientos ocho años.
-Que se-an de probar el día que se obieran de matar luego por la mañana
(¡Fijaos de dónde viene el toro de prueba que se lidia por la mariana,
consignado en este documento de 1608!) y de ellos sean de escoger tres toros
y el día que se escoxieron se-an de pagar por cada uno de dichos tres toros
catorce mil maravedis y si no se pagaren dicho día se-an de pagar a la
persona que vmiere a la dicha cobranza quatrocientos maravedis en cada día
en que se ocupare asta que se la pagaren dichos maravedis "
Pero La Nava pagó con la celeridad los toros, como era menester en un
pueblo próspero, y con unos hombres de bien que vivían de los frutos de la
tierra, una tierra pródiga en sus huertas, cereales y viñedos, abundante en caza
y en ganados, y frondosa en pinares y arboledas. Así eran las tierras y los
hombres de La Nava, honrados y fieles al recién adquirido nombre real.